Cocinar con los hijos es hermoso y se transforma en un ambiente cálido donde muchos padres pueden encontrar el lugar perfecto para compartir tiempo valioso junto a sus hijos. Según especialistas en educación infantil, las prácticas culinarias son un buen motivo para comprometer a los niños en una alimentación saludable y responsable.
Hay muchas razones prácticas y maravillosas para enseñar a los niños a cocinar. La más obvia, es que si no lo haces, encontrarán la forma de pedir comida para llevar o comprar comida preparada y congelada.
El ritmo de vida cada vez más intenso hace que muchos padres no pasen mucho tiempo junto a sus hijos. Una buena forma es meterlos en la cocina y preparar algo. Mientras vamos enseñándoles algunas cosas básicas podemos ir conversando y poniéndonos al día con las cosas que han pasado durante la jornada es una forma de retroalimentarnos.
Al desconocer cómo funciona la cocina, los niños y adolescentes comenzarán a ser menos responsables con los alimentos. No sabrán el verdadero valor de la comida y el esfuerzo invertido al prepararlos.
Además, al conocer los ingredientes y procesos, ellos sabrán identificar lo que es saludable y lo que no es beneficioso para el organismo. De esta forma se les compromete con los insumos y el valor de ellos en tienen en el circuito productivo.
Verán qué tanta grasa, sal o azúcar está en su comida, y entenderán por qué ciertas comidas deben comerse con moderación, y a ver a la comida rápida o comidas procesadas con un sistema más educado.
En tiempos en que los jóvenes salen cada vez más rápido de sus hogares en busca de independencia y un espacio propio, es fundamental que ellos sepan cocinar. Esto les permite ahorrar y comer de forma equilibrada.
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